Equipos a presión

Muchos equipos a presión pueden ser peligrosos. Los distintos equipos a presión incluyen las calderas de vapor y sus tuberías, las calderas de agua caliente a presión, los compresores de aire y sus tuberías, las autoclaves, los tanques de almacenamiento de gas y los recipientes de reacción química, entre otros.

Cuando algo falla, estos equipos pueden provocar lesiones graves e incluso la muerte. No obstante, la evaluación de los riesgos y la adopción de medidas adecuadas pueden reducir los riesgos de que se produzcan accidentes.

Estudio de caso
Una empresa utilizaba una caldera de vapor en sus procesos de fabricación. Cuando se produjo una alteración en las tuberías, entró accidentalmente agua salada en la caldera.

La acumulación resultante de restos de sal llevó al sobrecalentamiento y colapso del hogar interno de la caldera, provocando una explosión. Saltaron los cierres de la sala de calderas, provocando eyección de la caldera, que destruyó una subestación eléctrica a cientos de metros antes de detenerse.

Cómo podría haberse evitado el accidente

Este accidente podría haberse evitado si el personal de mantenimiento hubiese recibido la información y capacitación adecuadas, y si la operación de mantenimiento se hubiese gestionado adecuadamente.

Como resultado de los daños exteriores y los daños al edificio y su contenido, la empresa tuvo que sustituir la caldera y reconstruir la sala de calderas, lo que supuso una considerable pérdida de producción.

Por qué es importante la seguridad de los equipos a presión

Si una pieza del equipo a presión falla y estalla con violencia, los resultados pueden ser devastadores para las personas que se encuentren en las proximidades.

Piezas del equipo también pueden verse propulsadas a grandes distancias, provocando lesiones y daños a personas e instalaciones a cientos de metros.

Qué debería hacer el empleador

Evaluar los riesgos

Cuando trabaja con equipos de presión, el empleador debe evaluar los niveles de riesgo. El nivel de riesgo cuando existen deficiencias en los sistemas y los equipos de presión depende de diversos factores, a saber, de:
  • la presión en el sistema;
  • el tipo de líquido o gas y sus propiedades;
  • la idoneidad del equipo y las tuberías que lo contienen;
  • la antigüedad del equipo y las condiciones en que se encuentra;
  • la complejidad y el control de su funcionamiento;
  • las condiciones imperantes (por ejemplo, un proceso que se lleve a cabo a altas temperaturas), y de
  • las competencias, los conocimientos y la experiencia de las personas que se ocupan del mantenimiento, las comprobaciones y el funcionamiento del equipo y los sistemas a presión.

Precauciones básicas

Para reducir los riesgos, el empleador debe conocer y adoptar algunas medidas de precaución básicas, a saber:
  • Velar por que el sistema funcione en condiciones de seguridad, por ejemplo, sin que el operador tenga que subirse por los conductos o las estructuras.
  • Ser prudente al reparar o modificar un sistema a presión. Tras una reparación y/o modificación importante, tal vez necesite revisar todo el sistema antes de autorizar su puesta en funcionamiento.
  • Proporcionar las instrucciones para el funcionamiento correcto de todo el equipo del sistema y para el control del sistema en su conjunto, incluso en casos de emergencia.
  • Garantizar que existe un programa de mantenimiento para el sistema en su conjunto, que debe tomar en consideración la antigüedad del sistema y el equipo, su utilización y el entorno en que se utiliza.

Esquema de examen escrito

En relación con el mantenimiento de los sistemas a presión, resulta de gran utilidad contar con un esquema de examen escrito:
  • Debería elaborarlo (o certificar su idoneidad) una persona competente, alguien que cuente con las competencias, los conocimientos y la experiencia necesarios para hacer el trabajo con seguridad.
  • Debería abarcar todos los mecanismos de protección, todos los recipientes a presión y las partes de las tuberías que, si fallan, puedan ser peligrosos.
  • El esquema de examen escrito debería especificar la naturaleza y la frecuencia de los exámenes, e incluir cualquier medida especial que sea necesaria para preparar el sistema para un examen en condiciones seguras.
  • La legislación puede disponer que estos exámenes de los sistemas a presión los lleve a cabo una persona competente en los plazos establecidos, sin perjuicio del mantenimiento regular y rutinario.

Cómo puede proceder el empleador

El empleador debería:
  • en primer lugar, considerar la posibilidad de que el trabajo se lleve a cabo sin utilizar el equipo a presión, por ejemplo, utilizando equipos de vacío en lugar de aire comprimido para las actividades de limpieza. Si la utilización de un equipo a presión es inevitable, no deberían utilizarse equipos de alta presión cuando baste con equipos de baja presión;
  • asegurar que el equipo a presión que compra cumple con la normativa aplicable;
  • antes de utilizar el equipo a presión, y en la medida de lo posible, asegurar que ha obtenido un esquema de examen escrito. También debería asegurarse de que todas las inspecciones necesarias las ha llevado a cabo una persona competente, y que se han registrado debidamente los resultados;
  • velar por que el equipo funcione siempre dentro de los límites de seguridad. Si el fabricante o proveedor no los ha indicado, puede recurrir a una persona competente para que le oriente al respecto;
  • proporcionar instrucción y formación a los trabajadores que vayan a operar el equipo a presión, que incluya lo que deben hacer en caso de emergencia;
  • disponer de un plan de mantenimiento efectivo en vigor, que apliquen personas con la formación apropiada, y
  • garantizar que cualquier modificación se planifique adecuadamente, se registre y no provoque peligros.
Ampliar información
  1. Riesgos en la utilización de equipos y herramientas portátiles, accionados por aire comprimido
  2. Guía de Actuación Inspectora respecto de la Evaluación de Equipos