Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Blog

América Latina y el Caribe muestran el camino hacia la recuperación verde de COVID-19

Hacer más verde el mundo del trabajo después de la COVID-19 podría crear millones de puestos de trabajo en la región con más biodiversidad del planeta. Sin embargo, es necesario poner en marcha las políticas adecuadas para garantizar que sean empleos decentes.

Opinión | 29 de septiembre de 2020
Catherine Saget, Departamento de Investigación de la OIT
La COVID-19 ha centrado la atención en las enfermedades zoonóticas, aquellas que se transmiten de otros animales a los seres humanos.

La transmisión de enfermedades como la COVID-19, el ébola, el SRAS y el MERS, demuestran lo que puede suceder cuando no tratamos a la naturaleza con suficiente respeto, y cómo esto puede socavar no sólo nuestra salud sino también, a largo plazo, nuestras sociedades y nuestro futuro.

Utilizado correctamente, nuestro ambiente nos ofrece oxígeno, alimentos, medicamentos y las bases para numerosos aspectos de la cultura. Uno de los pocos aspectos positivos que podemos rescatar de estos tiempos difíciles es que ha fortalecido nuestra comprensión de cuán inextricablemente está relacionado el medio ambiente con nuestras vidas cotidianas, incluido el mundo del trabajo.

Nuestro desafío actual es aprovechar la oportunidad que nos ofrece la reconstrucción post COVID-19 para reequilibrar nuestra relación con el medio ambiente de manera que cree empleos sostenibles, un crecimiento inclusivo y sistemas sociales equitativos.

La ecologización del mundo del trabajo podría desempeñar un papel central en la construcción de este futuro nuevo y mejor.

Un informe conjunto de la OIT y el Banco Interamericano de Desarrollo, El empleo en un futuro de cero emisiones netas en América Latina y el Caribe, centrado en América Latina y el Caribe – las regiones con mayor biodiversidad del planeta – muestra que la transición hacia un modelo económico basado en cero emisiones netas de carbono podría crear 15 nuevos millones de empleos (netos) para la región de aquí a 2030. Esto representaría 22,5 millones de nuevos empleos en los sectores de la agricultura, la producción de alimentos de origen vegetal, las energías renovables, la silvicultura, la construcción y la manufactura. Mientras que se destruirían 7,5 millones de empleos en la electricidad a partir de combustibles fósiles y la producción de alimentos.

En las selvas tropicales de Amazonas, los esfuerzos dirigidos a reducir la emisión de carbono aportarían un doble beneficio: generar empleos y, a la vez, contribuir a capturar las emisiones de carbono. Los programas públicos de empleo, incluida la reforestación y otras medidas que contribuyan a restaurar los ecosistemas, desempeñarían un papel crucial.

Pero los empleos en los sectores verdes emergentes no serán automáticamente empleos decentes a menos que no estén reglamentados por políticas adecuadas. Sabemos ya que en el sector agrícola persisten déficits de trabajo decente. La transición del sector informal al formal, tampoco es fácil. Por ejemplo, en la red de transporte público de Bogotá, Colombia, cada nuevo autobús oficial (que está asociado a empleos con horarios de trabajo más justos, condiciones seguras y protección social) desplaza siete minibuses informales, dejando a numerosos conductores desempleados y sin remuneración. Simplemente, no debemos sustituir un problema con otro.

Una economía con menos emisiones de carbono que no es equitativa y justa, además no nos conducirá al modelo post pandemia que necesitamos. Por ejemplo, 80 por ciento de los nuevos empleos creados gracias a la reducción de las emisiones de carbono tienen lugar en los sectores que tradicionalmente han sido dominados por los hombres; esto podría socavar los progresos hacia la igualdad de género.

Las estructuras de protección social vigentes – prestaciones por desempleo, pensiones y asistencia sanitaria – también deberán adaptarse.

Formular soluciones respetuosas del clima, que contribuyan a los objetivos de desarrollo sostenible y además sean aceptadas por las partes locales interesadas, es complicado. Pero disponemos de una herramienta antigua y eficaz: el diálogo social. Por ejemplo, en Costa Rica, el gobierno negoció con numerosas partes interesadas para crear un Plan Nacional de Descarbonización ampliamente aceptado, que incluye estrategias laborales para una transición justa, finalizadas a que nadie sea dejado atrás en el proceso nacional hacia una economía verde y sostenible.

El camino hacia un futuro con cero emisiones netas de carbono no será fácil ni sin obstáculos, pero es el único camino hacia un futuro que sea económicamente resiliente, socialmente justo y ambientalmente sostenible.

Por Catherine Saget, Departamento de Investigación de la OIT