Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

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Lavarse las manos en el trabajo: La clave para mantenerse a salvo

Las normas internacionales del trabajo de la OIT proporcionan una guía crucial para mantenerse a salvo cuando empieza el regreso al lugar de trabajo en algunas partes del mundo.

Opinión | 11 de junio de 2020
Carlos Carrion Crespo, Especialista de la OIT en el sector público
Al igual que muchos trabajadores del mundo, trabajo desde casa para preservar mi salud y la de los demás. Tal como lo prevé este sistema, me lavo las manos con frecuencia. Siendo niño aprendí que hacerlo representaba la barrera más importante para atajar muchas enfermedades, entre las que ahora cabe incluir a la COVID-19.

En breve estaré regresando a mi despacho, así que empecé a reflexionar sobre las instalaciones del edificio.

Luego me pregunté: ¿y qué pasa con los casi 1.600 millones de personas que viven en lugares sin agua salubre tanto en el hogar como en el trabajo, o con los 4.200 millones de personas que no disponen de un saneamiento seguro? ¿Cómo previenen el contagio? ¿Tendrán agua de calidad suficiente al regresar a un lugar de trabajo que ha estado deshabitado durante meses?

Parece ser que no soy el único que se hace estas preguntas. Cabe decir que en varias normas y herramientas de la OIT, entre otras, nueve Convenios, muchas Recomendaciones y 19 Repertorios de Buenas Prácticas, se detalla el requisito de contar con instalaciones para el lavado de manos en los lugares de trabajo y en la vivienda de los trabajadores. Estos instrumentos abarcan un abanico de actividades de la economía, desde la agricultura y el trabajo de oficina, hasta la minería, las actividades marítimas y el transporte por carretera. Es un logro nada desdeñable si se tiene en cuenta que cada término y cada detalle ha sido negociado entre gobiernos, trabajadores y empleadores de los 187 Estados Miembros de la OIT.

© Arlington County
Estos son algunos ejemplos de las normas de la OIT que recogen orientaciones pertinentes en el caso de la COVID:
Ahora bien, no solo se abordan las responsabilidades de los empleadores. También se pide a los gobiernos que aconsejen en materia de higiene laboral, y que inspeccionen las instalaciones de los empleadores. Por su parte, a los trabajadores se les pide que cumplan con los requisitos de seguridad y salud en el trabajo.
  • El Programa de Inversiones Intensivas en Empleo de la OIT lanzó en Sudáfrica una iniciativa relacionada con la COVID, en el marco de la cual se contrató a 20.000 jóvenes para ayudar con la distribución de desinfectantes y jabón, difundir medidas de prevención e higiene, desinfectar zonas de alto riesgo y realizar campañas de limpieza.
  • El programa Better Work de la OIT en Nicaragua ha ayudado al sector de la indumentaria en el país a formular una respuesta de emergencia ante la COVID-19. Entre las medidas de prevención figuran el lavado de manos frecuente y orientaciones para los empleadores.
Muchos acuerdos colectivos incluyen también cláusulas relativas a las instalaciones sanitarias.

Los lugares de trabajo tienen mucho que aportar a la prevención de las infecciones por el virus de la COVID-19. Hasta tanto se disponga de una vacuna o un medicamento curativo, el único remedio es la solidaridad. Ahora que en los países salen des confinamiento, los gobiernos, los trabajadores y los empleadores deben unir fuerzas para sofocar la pandemia con prácticas e instalaciones laborales seguras. Un importante factor para luchar contra esta y otras pandemias en el futuro es que todos los trabajadores dispongan en el trabajo de instalaciones para lavarse las manos de modo seguro y adecuado.