Blog

Conocimientos teóricos y prácticos y futuro del trabajo

Au moment où un changement en profondeur bouleverse l’avenir du travail, investir dans les compétences et la formation sera l’une des clés d’une transition réussie. L’Organisation internationale du Travail a un rôle de premier plan à jouer pour identifier des politiques de développement des compétences tournées vers l’avenir, qui aideront les gouvernements, les employeurs comme les travailleurs à s’adapter aux nouvelles réalités de l’avenir du travail.

Editorial | 26 février 2018
Srinivas B. Reddy, Jefe del Servicio de conocimientos teóricos y prácticos y Empleabilidad de la OIT, Departamento de política de empleo
Habida cuenta de la profunda transformación que se está produciendo en el ámbito del trabajo en todo el mundo, la inversión en el desarrollo de competencias y sistemas de formación cobra más importancia que nunca. La Organización Internacional del Trabajo desempeña una función primordial para ayudar a formular políticas eficaces que faciliten el desarrollo de competencias y permitan a gobiernos, empleadores y trabajadores adaptar su labor a la nueva realidad del trabajo en el futuro.

La innovación tecnológica, la mundialización, el cambio climático, la evolución de la organización del trabajo propiciada por economías basadas en plataformas, las tecnologías digitales y la inteligencia artificial están transformando rápidamente el modo de trabajar en todo el mundo. Esa trasformación repercute sustancialmente en las competencias y las actividades de formación, habida cuenta de la necesidad de formular políticas más eficaces encaminadas a facilitar la capacitación de las personas que se incorporan al mercado laboral por primera vez, a fin de satisfacer la demanda de mercado.

Por otro lado, será necesario que las empresas aumenten su inversión en actividades de capacitación y reorientación profesional de los trabajadores. Los trabajadores también deberán esforzarse por mejorar sus conocimientos teóricos y prácticos a fin de preservar su empleabilidad. La adquisición de las competencias pertinentes en un mercado laboral en constante evolución es fundamental para fomentar el desarrollo económico y la prosperidad.

Afrontar ese desafío no será fácil. El desajuste entre los conocimientos teóricos y prácticos existentes y los exigidos en los nuevos tipos de trabajo está dando lugar a desequilibrios en los planos económico y social. Existen indicios, cada vez mayores, de que las actividades de desarrollo de competencias no están en consonancia con el tipo de competencias que se demandan en las economías locales.

Las instituciones de enseñanza y de formación tendrán que adaptar su labor a esa nueva realidad. La necesidad de conjugar competencias educativas y digitales fundamentales que abarquen las esferas de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, habitualmente conocidas como competencias STEM, constituye cada vez con más frecuencia un requisito mínimo en los puestos de trabajo demandados en el ámbito de las nuevas tecnologías. La fusión de esas nuevas competencias con las tradicionales competencias TVET (capacitación en los planos técnico, vocacional y educativo) prepararía idóneamente a los jóvenes para incorporarse al mercado laboral, aceptar nuevos empleos, o estar en medida de cambiar de trabajo en un plazo de pocos años.

Este panorama de rápida transformación del trabajo también ejercerá mayor presión en los sistemas educativos y de capacitación para que estos adapten el desarrollo de las competencias laborales fundamentales, o "competencias básicas", en particular la resolución de problemas, el trabajo en equipo, la comunicación y la preparación para afrontar cambios, con objeto de facilitar a los trabajadores el cambio de empleo u ocupación laboral. Las competencias básicas pueden desempeñar un papel tan importante en la trayectoria profesional de una persona como el que desempeña la formación o la enseñanza.

A medida que dejan de realizarse determinados tipos de trabajo y se crean otros, algunas personas, en particular los jóvenes que se incorporan al mercado laboral, podrían verse afectados por la competencia de los robots, o ser sustituidos por estos, y tendrán que estar preparadas para aprender a hacer cosas que las máquinas no puedan llevar a cabo, si desean preservar su empleabilidad.

Varios países ya han desarrollado sistemas de desarrollo de competencias con el fin de dar respuesta a la transformación de la demanda de empleo en el mercado laboral. Suiza, por ejemplo, cuenta con un dinámico programa de aprendizaje que forma parte del sistema educativo del país. En el marco de dicho programa se ha dotado a los jóvenes de las competencias que exige el mercado laboral, incluida la capacitación necesaria para el uso de las nuevas tecnologías, lo que ha contribuido a mantener un bajo nivel de desempleo juvenil en el país y a proporcionar a su tejido económico los nuevos talentos que precisa.

La evolución de las actividades de producción a partir de un contexto basado en la utilización de gran cantidad de mano de obra a una nueva situación que exige empleos basados en el conocimiento y las competencias propiciará la adquisición de nuevos  conocimientos en los ámbitos digital, técnico, comercial y de gestión, con objeto de adaptarse de forma inmediata a las nuevas tendencias profesionales. Habida cuenta de la profunda transformación que tendrá lugar en el ámbito del trabajo en el futuro, la inversión en la adquisición de competencias y en la mejora del nivel de capacitación será primordial para facilitar dicha transformación.