Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Preguntas y respuestas sobre el trabajo forzoso

Los nuevos datos publicados por la OIT estiman que el número total de trabajadores forzosos en el mundo es de casi 21 millones. Esto significa que tres de cada 1.000 personas en el mundo hoy día, son víctimas del trabajo forzoso. Estas nuevas cifras ayudarán a elaborar, gracias a la información que aportan, las respuestas políticas globales dirigidas a poner fin al crimen del trabajo forzoso moderno.

Noticia | 1 de junio de 2012

¿Qué es trabajo forzoso? ¿Es igual a la trata de seres humanos o a la esclavitud?


De acuerdo con el Convenio sobre trabajo forzoso de la OIT nº. 29, el trabajo forzoso u obligatorio es todo trabajo o servicio que es exigido a cualquier persona bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente. Puede verificarse cuando el trabajo es impuesto por las autoridades del Estado, por empresas privadas o individuos. El concepto de trabajo forzoso está ampliamente definido y abarca un gran número de prácticas coercitivas de trabajo, que tienen lugar en todos los tipos de actividad económica y en todas las regiones del mundo.

La OIT tiene dos Convenios sobre trabajo forzoso (nº. 29 y 105, adoptados en 1930 y 1957 respectivamente). El primero define el trabajo forzoso y establece ciertas excepciones, incluyendo el servicio militar obligatorio, obligaciones cívicas, el trabajo necesario para enfrentar una situación de emergencia y el trabajo en las cárceles bajo ciertas condiciones. El segundo añade una obligación específica para los Estados que prohíbe la imposición de trabajo forzoso u obligatorio como un medio de coerción o de educación política, como castigo por expresar determinadas opiniones políticas o por participar en huelgas, la movilización de la mano de obra con fines de desarrollo económico, como medida de disciplina en el trabajo o discriminación racial, social, nacional o religiosa.

Convenios de la OIT

Ambos Convenios cuentan con la ratificación casi universal, lo cual significa que casi todos los países están obligados por ley a respetar sus disposiciones y a informar periódicamente sobre su aplicación a los órganos de control de las normas de la OIT. No estar sometido al trabajo forzoso es un derecho humano: todos los Estados miembros de la OIT deben respetar el principio de la eliminación del trabajo forzoso, hayan o no ratificado los Convenios.

La trata de seres humanos también puede ser considerada como trabajo forzoso, y por lo tanto, las estimaciones de la OIT abarcan prácticamente todas las formas de trata de seres humanos o lo que algunos llaman “la esclavitud moderna”. La única excepción son los casos de extracción de órganos, las adopciones o los matrimonios forzados, a menos que estos casos resulten en trabajo forzoso.

El trabajo forzoso es distinto a las condiciones de trabajo de explotación o por debajo de la norma. Diversos indicadores pueden ser utilizados para determinar cuando una situación equivale a trabajo forzoso, como la limitación de la libertad de movimiento de los trabajadores, la retención de los salarios o de los documentos de identidad, la violencia física o sexual, las amenazas e intimidaciones, o deudas fraudulentas de las cuales los trabajadores no pueden escapar.

El trabajo forzoso puede ser la consecuencia de un desplazamiento interno o transfronterizo que hace algunos trabajadores particularmente vulnerables a la contratación fraudulenta o a las prácticas coercitivas de trabajo. También afecta a las personas en sus zonas de origen, sean nacidos dentro de servidumbre o esclavitud o manipulados para realizar esta forma de trabajo.

El trabajo forzoso incluye a los servicios sexuales forzosos. Además de ser una violación grave de los derechos humanos, exigir trabajo forzoso también constituye un delito penal.

¿Cuántas personas están atrapadas en el trabajo forzoso?


La OIT estima que en todo momento 20,9 millones de personas son víctimas de trabajo forzoso. Esto representa cerca tres de cada 1.000 personas de la población mundial actual. De estos, un 90 por ciento son explotados por individuos o empresas privadas, mientras que 10 por ciento son forzados a trabajar por el Estado, por grupos militares o en las cárceles bajo condiciones que violan las normas fundamentales de la OIT. La explotación sexual forzada afecta al 22 por ciento de todas las víctimas, mientras que la explotación laboral forzada constituye el 68 por ciento del total.

Los nuevos datos de la OIT muestran cómo el trabajo forzoso afecta a diferentes grupos de personas: el 55 por ciento de todas las víctimas son mujeres y niñas, el 45 por ciento son hombres y niños. Los niños constituyen cerca de un cuarto de todas las víctimas.

La OIT además estima cuántas personas están atrapadas en trabajo forzoso como resultado de la migración nacional o transfronteriza. Veintinueve por ciento de las víctimas se encuentran en trabajo forzoso después de haber cruzado las fronteras internacionales, la mayoría de ellos con fines sexuales. Quince por ciento se convirtieron en víctimas de trabajo forzoso después de desplazamientos en su país, mientras que el 56 por ciento restante no abandonó su lugar de origen o residencia.

El tiempo promedio transcurrido en trabajo forzoso varía según la forma y la región. La OIT estima que las víctimas pasan en promedio cerca de 18 meses en trabajo forzoso antes de que sean rescatadas o escapen de sus explotadores.


¿Cuáles son las regiones más afectadas?


El trabajo forzoso afecta de una manera u otra a todos los países del mundo; es realmente un problema mundial. Las estadísticas sobre la prevalencia son muy significativas porque indican el nivel de riesgo que enfrentan las poblaciones de las diferentes regiones.

La región con la prevalencia más alta de trabajo forzoso (el número de víctimas por 1000 habitantes) es Europa Central y Sudoriental (no UE) y la Comunidad de Estados Independientes (4,2 por 1000 habitantes), seguida por África (4 por 1000 habitantes), el Oriente Medio (3,4 por mil habitantes), Asia y el Pacífico (3,3 por 1000 habitantes), América Latina y el Caribe (3,1 por mil habitantes), las Economías desarrolladas y la Unión Europea (1,5 por 1000 habitantes).

La prevalencia relativamente alta de Europa Central y Sudoriental y la Comunidad de Estados Independientes refleja el hecho de que la población es mucho menos numerosa que por ejemplo en Asia, mientras que en esta región las denuncias de trata de seres humanos a fines de explotación laboral o sexual y de trabajo forzoso impuesto por el Estado son numerosas.

Asia registra el mayor número absoluto, seguido por África y América Latina y otras regiones. El hecho de que más de la mitad de todas las víctimas de trabajo forzoso estén en Asia señala la necesidad de intensificar la acción contra el trabajo forzoso en esta región en particular.

¿Quiénes son las víctimas? ¿Qué las hace vulnerables al trabajo forzoso?


El trabajo forzoso afecta a todos: los jóvenes y los viejos, las mujeres y los hombres. Pero algunos grupos son más vulnerables que otros. En el contexto de estas nuevas estimaciones, la OIT recopiló más de 8.000 casos denunciados de trabajo forzoso los cuales ofrecen una gran cantidad de información sobre el pérfil de las víctimas y las causas de su vulnerabilidad.

De acuerdo con nuestras nuevas estimaciones, las mujeres y las niñas están expuestas a un riesgo un poco mayor que los hombres y los niños, y ellas constituyen la gran mayoría de las víctimas de explotación sexual forzosa. Los niños representan un cuarto del total de las víctimas. Cerca de la mitad de todas las víctimas han migrado dentro de su país o a través de las fronteras antes de caer en trabajo forzoso, confirmando que el desplazamiento es un importante factor de vulnerabilidad.

Muy a menudo, las víctimas son reclutadas dentro de los grupos minoritarios o socialmente excluidos, este es el caso en muchas partes de Asia Meridional, África y América Latina. Muchos son trabajadores migrantes (por lo general aunque no siempre trabajan ilegalmente) o trabajadores de temporada pobres, que se desplazan de las zonas rurales a las urbanas, o entre regiones o provincias distantes, en búsqueda de trabajo. Las víctimas de trabajo forzoso impuesto por el Estado en su mayoría son explotados por los militares (o grupos rebeldes), o en las cárceles o centros de rehabilitación.

¿Cuáles industrias utilizan el trabajo forzoso? ¿Cuáles son los beneficios económicos?


En 2005 y 2009, la OIT estimó que los beneficios anuales son de al menos 32.000 millones de dólares y que se privan a las víctimas de trabajo forzoso recibir sus sueldos que equivale al menos a 21.000 millones de dólares cada año y tarifas de contratación ilegales.

Una de las futuras prioridades de la OIT será estudiar con mayor profundidad la economía del trabajo forzoso moderno. Esto incluye un análisis de determinadas industrias o sectores económicos que parecen ser más vulnerables que otros a las prácticas de trabajo forzoso. También comprenderá una investigación sobre la prevalencia del trabajo forzoso en las cadenas mundiales de aprovisionamiento. Para finales de este año, tenemos el objetivo de realizar un nuevo estudio sobre los beneficios generados por el trabajo forzoso. Si nos basamos en una evaluación inicial de los datos, podemos decir que los sectores citados con mayor frecuencia son la agricultura, el trabajo doméstico, la construcción y la industria manufacturera.


¿Cómo se explica la gran diferencia entre las estimaciones de 2005 y 2012?

La estimación del trabajo forzoso de 2012 es significativamente más alta que la precedente estimación de la OIT de 2005, que fue de 12,3 millones de víctimas.

La nueva estimación de 20,9 millones se basa en un modelo metodológico perfeccionado, que toma en cuenta la propia experiencia de la OIT desde 2005, los resultados de los primeros informes nacionales sobre trabajo forzoso, la respuesta externa al procedimiento de estimación de 2005, así como a la asesoría sobre la nueva metodología aportada por un grupo de expertos independientes.

Debido a las grandes diferencias de las metodologías, las dos estimaciones no pueden ser comparadas a fin de concluir que el número de víctimas ha aumentado durante el período. Sin embargo, hemos observado una importante mejora en el registro de casos de trabajo forzoso y trata de seres humanos desde la publicación de nuestra primera estimación mundial. Gracias a una mayor sensibilización y a la movilización política, creemos que las víctimas de trabajo forzoso tienen ahora mayores probabilidades de ser detectadas y señaladas, aunque esto puede variar mucho de región en región.

Las nuevas cifras representan una estimación mínima ya que aplicamos criterios estrictos para la validación y extrapolación de los datos. No podemos afirmar que el significativo aumento en la estimación mundial del número de víctimas se debe principalmente a nuestro método de estimación de mejor calidad, a un aumento en la detección y denuncias de trabajo forzoso o a un aumento real del número de víctimas durante el período. Es probable que este incremento sea el resultado de la combinación de los tres factores. Estamos seguros de que nuestra nueva estimación es la cifra más confiable disponible en este momento.

Desafortunadamente, los datos objetivos sobre trabajo forzoso y la trata de seres humanos, que podría proporcionar estimaciones mundiales aún mejores, todavía son insuficientes ya que son muy pocos los países que han intentado producir datos nacionales. Aún nos queda un largo camino que recorrer antes de poder producir datos que sean suficientemente fiables para monitorear las tendencias nacionales, regionales y mundiales.

¿Por qué la OIT ha producido nuevas estimaciones sobre trabajo forzoso?


La información sobre la incidencia del trabajo forzoso es decisiva para la elaboración de políticas basadas en datos reales, para sensibilizar sobre la gravedad del problema e incentivar acciones urgentes para combatirlo.

En 2005, la OIT fue la primera organización internacional en producir estadísticas globales y regionales relativas al trabajo forzoso. Las cifras de 2005 se obtuvieron a partir de los datos disponibles en aquel momento, que eran bastante escasos para algunos países. Las estimaciones representaron un orden de magnitud, que además era muy prudente.

En los últimos años, la OIT y otras organizaciones han invertido esfuerzos considerables a fin de mejorar los datos sobre trabajo forzoso. Esto ha hecho posible que se produzcan estadísticas más fiables, con un margen de error mucho menor que en 2005.