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Nuestro impacto, sus historias

Las mujeres srilanquesas se labran un futuro prometedor con nuevas calificaciones

Un proyecto del Gobierno de Australia y de la OIT está aumentando la resiliencia y prosperidad en la Sri Lanka postbélica.

Reportaje | Sri Lanka | 1 de septiembre de 2016
Selvasingam Mariyamalar (centre) and her fellow fishers
MULLAITIVE, Sri Lanka (OIT Noticias) – Al ritmo de canciones, Selvasingam Mariyamalar, una pescadora de 40 años, y sus compañeras de oficio transportan la pesca a la orilla. Recogen la red, colocan el pescado en grandes bandejas de mimbre y se las llevan a los compradores que acuden cada mañana.


La pesca del día no ha sido abundante debido al mal tiempo pero la ganancia es suficiente para pagar los gastos de la jornada. En días propicios, puede ganar hasta 3.000 rupias (USD 22). Los ingresos de este trabajo de pesca representan más que un ingreso para su familia: equivalen a una vida tranquila y estable. “Podría estar en casa y cuidar a mis hijos sin salir a trabajar”, dice Selvasingam.

Los cambios positivos producidos en su vida también han llenado de satisfacción a los oficiales de proyecto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pues la mujer es una de las beneficiarias del proyecto sobre empoderamiento local a través del desarrollo económico (LEED). LEED se puso en marcha en 2010 con el apoyo del Gobierno de Australia y está destinado a reconstruir la vida de los supervivientes de 30 años de guerra civil en Sri Lanka, en especial de los hogares que quedaron a cargo de mujeres.


El Distrito de Mullaitive, donde vive Selvasingam, padeció algunos de los peores enfrentamientos durante la guerra civil. Fue entonces que la familia tuvo que desplazarse; en ese periodo, el marido murió de cáncer, y la mujer quedó sola con cuatro hijos que mantener. Al finalizar la guerra, Selvasingam regresó y se encontró con que tanto su vivienda como su fuente de ingresos habían sido destruidas.

En este momento intervino la OIT, que ya participaba activamente en las tareas de rehabilitación postbélicas. "Creemos que en el marco del programa LEED se debe prestar la debida atención a las familias encabezadas por mujeres, para que puedan desarrollar la economía local”, indicó Shanthi Sivanesan, Oficial de Género del Proyecto LEED. “Es por ello que las mujeres deben participar en el proyecto: para mejorar sus ingresos.”

Women in Mullaitive now join men in fishing work
Después de amplias investigaciones de campo y análisis en profundidad, los expertos de la OIT llegaron a la conclusión de que, para mujeres como Selvasingam, la pesca podía proporcionar estabilidad de los ingresos y una vida sin sobresaltos. Por tradición, en Mullaitive las mujeres tenían vedada la entrada al oficio de la pesca, así que la OIT entró en negociaciones con la asociación de pescadores y logró que se les permitiera incorporarse y trabajar con los hombres; asimismo, la OIT suministró material de pesca y asistencia técnica para mejorar la capacidad local de pesca.

“Agradezco mucho la ayuda de la OIT”, dijo Selvasingam. Sus cuatro hijos ya van a la universidad, y ella espera que al graduarse consigan un empleo público.

“Las actividades fundamentales que financiamos desde la OIT comprenden nuevos puestos de trabajo para las mujeres de zonas remotas, que les permitan trabajar productivamente sin tener que desplazarse demasiado lejos del hogar”, señaló Robyn Mudie, Alto Comisionado de Australia en Sri Lanka. “La importancia particular del proyecto radica en que en las familias encabezadas por mujeres, ellas hacían malabarismos para criar a los hijos y ganar ingresos.”

Suganthy Mathiseelan (far right)and her employees in front of her shop
Algunas beneficiarias del proyecto LEED están logrando resultados incluso más importantes. Tras el éxito económico, se han incorporado a las instituciones políticas, un dominio que solía ser exclusivo de los varones, y aportan la perspectiva femenina a las actividades económicas.

Una de ellas es Suganthy Mathiseelan. Solía gestionar su pequeño negocio de costura desde la casa, pero con la ayuda de la OIT adquirió competencias comerciales – como, por ejemplo, elaboración de presupuestos, contabilidad y expansión comercial - y pudo construir una tienda en el Distrito de Mullaitivu y contratar a seis personas. Hoy percibe una ganancia mensual neta de 25.000 rupias (USD 188).

“Recibí formación de la OIT, y pedí algunos préstamos bancarios a bajo interés, tras lo cual compré máquinas nuevas y contraté a tres personas más”, dijo Suganthy.

La OIT la animó a unirse a la junta directiva de la Unión Cooperativa de Sociedades de Economía y Crédito, que ayuda a crear empresas, en especial a los jóvenes. En una conferencia de la Unión, Suganthy presentó el programa de formación de la OIT; animadas por el éxito de la mujer, muchas personas se inscribieron y ya han logrado inciar su empresa.

En total, 27 mujeres forman parte en la junta directiva de cooperativas en la provincia septentrional de Sri Lanka. Son económicamente independientes y están deseosas de ayudar a otras mujeres y hombres. “Quiero ayudar a todos los que tengan posibilidades de ganar dinero”, dijo Suganthy. “Estas personas no deberían depender de nadie; deberían valerse por sí mismos.”