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Desarrollo de empresas

Comenzar una vida nueva gracias al cultivo de hongos

Con la ayuda del Programa comunitario de la OIT para el desarrollo de empresas (C-BED), un ex trabajador migrante de la construcción se convirtió en su propio jefe.

Reportaje | Bangkok, Thailand | 3 de septiembre de 2014
BANGKOK (OIT Noticias) – Than Wai Aung, 44 años, era un obrero de la construcción hasta hace 18 meses, cuando participó en un curso de formación que le cambió la vida.

Than Wai dejó Myanmar hace 16 años para vivir en la vecina Tailandia. La mayor parte de esos años trabajó en la construcción de viviendas en el norte de Tailandia y en Bangkok, la capital.


 
Hace tres años fue a a visitar a sus familiares en la provincia Ratchaburi, una región situada en la frontera con Myanmar. Allí conoció a algunas personas que se ganaban la vida cultivando hongos. Decidió mudarse y seguir un curso de formación sobre el cultivo de champiñones, organizado por una agencia gubernamental tailandesa.

© ILO/J. Wongpaithoon 2014
“El trabajo en la construcción es muy arduo. Además me encanta estar en contacto con la naturaleza, cultivar hongos es muy interesante”, explicó Than Wai. “Pero el primer año no me fue muy bien. El mercado local de Ratchaburi no era lo suficientemente grande para vender mi cosecha. Mis hongos se echaron a perder”, agregó.

Entonces Than Wai regresó a Bangkok, pasó mucho tiempo buscando un local para alquilar donde cultivar sus champiñones. También se aseguró que hubiesen mercados para vender su producción. Alquiló una pequeña franja de tierra entre dos estanques dedicados a la piscicultura en las afueras de Bangkok. En esa zona hay dos mercados.

Sin embargo, Than Wai tuvo que enfrentar otras dificultades esta vez; no pudo producir lo suficiente para satisfacer la demanda; no sabía cómo calcular sus gastos y sus ingresos, lo cual le impedía ahorrar.

Aprender los trucos del oficio


Estos obstáculos lo incitaron a participar a un curso de formación sobre gestión de empresas concebido por el Programa comunitario de la OIT para el desarrollo de empresas (C-BED) y financiado por el programa multi-bilateral OIT/Japón. Este innovador programa de formación para la creación de empresas se basa en el intercambio de experiencias con otros aprendices, ayudados por moderadores que dirigen las sesiones al plantear las preguntas adecuadas y guiados los módulos de C-BED suministrados por la OIT.

© ILO/J. Wongpaithoon 2014
“No sabía que tenía que cobrar por el tiempo que dedicaba a mi actividad e incluir la gasolina y el alquiler de los vehículos entre los costos”, admitió Than Wai, que alquilaba una camioneta para transportar sus champiñones al mercado por 300 baht diarios. “Aprendí cómo calcular mis gastos, ahorrar dinero, y sobre todo, administrar mi tiempo”.

Than Wai no es el único trabajador migrante que se ha convertido en empresario.

Las herramientas de formación de C-BED son simples y prácticas”, declaró Sho Sudo, Especialista de programas y operaciones para el programa multi-bilateral OIT-Japón
Durante los últimos dos años, C-BED ha trabajado con más de 40 socios en Tailandia, Camboya y la República Popular Lao. Más de 1.600 personas han recibido formación en desarrollo de empresas. Especialmente idóneo para las comunidades marginadas y vulnerables, el enfoque C-BED ha ayudado a migrantes rurales y personas desplazadas, refugiados y personas que solicitan asilo, ex combatientes, personas con discapacidad, desertores escolares, mujeres vulnerables y personas que viven con VIH/SIDA.

“Las herramientas de formación de C-BED son simples y prácticas”, declaró Sho Sudo, Especialista de programas y operaciones para el programa multi-bilateral OIT-Japón. “94 por ciento de los que se han beneficiado nunca antes habían tenido acceso a oportunidades de formación en creación o administración de empresas, y la mayoría de los propietarios de pequeñas empresas registran mejoras en sus empresas”.


De empleado a empleador


Después de haber participado a la formación, que se realizó en los locales de uno de los socios de C-BED, la Comisión Católica Nacional sobre Migración (CCNM), Than Wai no siguió distribuyendo sus hongos. En cambio pidió a sus compradores que fueran a buscarlos al lugar de producción. Disminuyó los precios, pero ahorró tiempo y otros costos, como el alquiler del vehículo y la gasolina. Ese tiempo lo invierte en cuidar sus cultivos. Actualmente obtiene beneficios por alrededor de 20.000 baht (628 dólares) al mes.

“Solía trabajar si un objetivo. Lo que ganaba, lo gastaba”, confesó Than Wai, quien ahora utiliza un programa informático de administración financiera suministrado por la CCNM, junto a la formación de C-BED, para registrar los ingresos y los gastos en su ordenador. “Si no aprendes a ahorrar seguirás siendo un empleado. Pero yo quiero ser un empleador”.

Than Wai está ampliando su empresa. Contrató a un trabajador más, que también es un migrante proveniente de Myanmar. Está buscando una parcela de terreno más grande para extender su plantación y quiere contratar a tres trabajadores más. Actualmente, su objetivo es duplicar su producción y producir entre 70 y 80 kilos de champiñones al día.

“La formación me dio un objetivo. Puedo prever que entre dos o tres años seré un verdadero empleador”, concluyó,