OIT: El aprovechamiento de las cadenas mundiales de suministro en América Latina y el Caribe requiere de una mejor gobernanza y mejores políticas

Un número creciente de trabajadores y empresas de la región participan en cadenas mundiales de suministro con importantes beneficios económicos y de empleo, pero en algunos casos existe también preocupación por la calidad de los empleos y el respeto a los derechos laborales. Un nuevo informe de OIT revisa experiencias, extrae lecciones y hace recomendaciones para sacar mejor provecho de la integración en estas cadenas.

Noticia | 26 de julio de 2016
Lima – Las empresas y los trabajadores de América Latina y el Caribe están cada vez más involucrados en cadenas mundiales de suministro (CMS), y por eso se hace necesario revisar la manera en que las empresas de la región se incorporan a estos esquemas y las consecuencias no solo sobre la mejora económica, sino también sobre tres dimensiones de la mejora social: el empleo, las condiciones de trabajo y las habilidades o competencias laborales, destacó la OIT.

La OIT agregó en un nuevo informe difundido hoy que para lograr que la participación en las CMS sea un aporte efectivo al desarrollo sostenible es esencial “que los países encuentren un equilibrio entre la dimensión económica y la dimensión social”. El documento agrega que “es todo un reto mantener y mejorar las condiciones de las empresas y los trabajadores en estas cadenas tan competitivas”.

El informe técnico “La promoción del trabajo decente en las cadenas mundiales de suministro en América Latina y el Caribe” fue realizado por la OIT en base a una revisión de casos de participación de empresas de la región en las CMS, en diferentes países y sectores, con el objetivo de sacar provecho de “lecciones aprendidas”.

La región participa en CMS de sectores como agricultura y ganadería, extractivo (minería, petróleo), manufactura de baja tecnología, manufactura avanzada y servicios deslocalizados (off-shore).

Las CMS tienen “cada vez más relevancia para la región ya que los países de América Latina y el Caribe participan en diversas industrias que abarcan un número creciente de empresas y trabajadores”, dice el nuevo informe de OIT.

“Las CMS son estructuras complejas, diversas, dinámicas y en continua evolución”, destacaron en el prólogo de este informe la Directora del Departamento de Política Sectoriales de OIT, Alette van Leur, y el Director Regional para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar. “Se estima que entre 60 por ciento y 80 por ciento del comercio mundial se realiza actualmente a través de CMS”.

El informe advierte que si bien “durante las últimas dos décadas se ha asumido implícitamente que las mejoras económicas derivarán en logros sociales, es decir, en mejorar el bienestar de los trabajadores en las cadenas… la evidencia reciente en todas partes del mundo sugiere que la mejora económica no eleva automáticamente el nivel social”.

Entre sus conclusiones, el informe encuentra que la creación de empleo es mayor en los segmentos de menor valor agregado de las CMS, mientras que el posicionamiento en los segmentos de mayor valor crea menos empleos pero estos son de mayor calidad.

En relación con las habilidades, encuentra que las etapas intensivas en trabajo de las cadenas de suministro en la agricultura y los textiles requieren menores niveles de habilidades que las etapas y procesos más complejos en industrias como la de artefactos médicos. Las operaciones de ensamblaje en sectores de mayor valor agregado manufacturero que requieren mayores habilidades proveen mayores salarios y mejores condiciones de trabajo.

En los segmentos de menor valor agregado de las CMS que utilizan trabajadores menos calificados, las empresas no tienen incentivos para invertir en mejoras sociales si esto aumenta sus costos. Mientras que en sectores de más alta tecnología, las empresas tienen más incentivos para invertir en su fuerza de trabajo para retener talento. De esta forma, las políticas apropiadas en cada caso deben tomar en cuenta las especificidades del sector o segmento.

Los estándares de calidad, los niveles de certificación y las habilidades técnicas, mejoran cuando la transformación de la economía avanza en complejidad tecnológica y de procesos. Por lo tanto otra de las conclusiones del informe es que la inversión en recursos humanos y competencias es una de las claves para mejorar la inserción en las CMS, en particular en sus dimensiones de calidad del empleo y de mejores condiciones laborales.

Al contrario, las condiciones de trabajo en las cadenas de suministro no son buenas o tienden a deteriorarse cuando, con fines de reducir costos laborales para afrontar la creciente competencia, las empresas proveedoras recurren al uso de mano de obra temporal, reducción de salarios, extensión de la jornada, subcontratación, o invierten de manera insuficiente en aspectos como salud y seguridad en el trabajo.

El informe argumenta que “bajo condiciones y marcos de política apropiados, la mejora económica y la mejora social pueden ir de la mano”. Pero para este resultado es necesario mejorar la gobernanza de las cadenas de suministro y asegurarse que haya “procesos de negociación justos que protegen los derechos de los trabajadores y garantizan el desarrollo de las empresas”.

También encuentra que las diferencias de género son mayores en los segmentos de menor valor agregado de las CMS en algunos de los cuales se concentra una alta proporción del empleo femenino.

Para enfrentar los desafíos laborales y sociales que derivan de la integración de empresas en CMS, el informe recomienda fortalecer los mecanismos “gobernanza” de las cadenas que involucren a los estados (gobernabilidad pública), a las propias empresas o y organizaciones de empleadores (gobernabilidad privada) y a los actores sociales, especialmente a través de organizaciones de trabajadores y de sociedad civil).

El debate sobre la cantidad y la calidad de empleos generados por las CMS ha sido asumido por la OIT, y ya fue objeto de una discusión general sobre “Trabajo decente en las cadenas mundiales de suministros”, protagonizada por representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores de todo el mundo en la 105ª Conferencia Internacional del Trabajo en junio de este año.