19.ª Reunión Regional Americana: Intervencion de Maria Helena Andre, Directora de ACTRAV

Intervencion de Maria Helena ANDRE en la reunión del Grupo de Trabajadores, 2 Octubre de 2018, Panama.

Declaración | 2 de octubre de 2018
Buenos días a todos y todas.

En nombre de ACTRAV/OIT, les doy una cordial bienvenida a esta primera reunión del Grupo de Trabajadores.

Es un gran gusto para mí volver a compartir con ustedes en el marco de la 19ª Reunión Regional Americana, aquí en Panamá. Esta es una gran oportunidad para conocer y acompañar las propuestas que tiene la región de Las Américas, en vísperas de la Iniciativa del Centenario de la OIT, a celebrarse en el 2019. De hecho, los debates y reflexiones que se generen en el marco de esta reunión regional se sumarán al proceso de diálogos que la OIT ha venido liderando a través de la Iniciativa relativa al Futuro del Trabajo propuesta en la memoria que el DG presento en la 104ª Conferencia Internacional del Trabajo del 2015.

Dicha iniciativa surge como respuesta a los cambios profundos que, desde las últimas décadas se están produciendo crecientemente en el mundo del trabajo a nivel mundial. Para su abordaje se han propuesto tres fases concretas: la primera orientada a promover la reflexión sobre el futuro del trabajo con los mandantes tripartitos, las organizaciones internacionales, las instituciones de investigación, las universidades, la sociedad civil y los Estados Miembros; la segunda, orientada al establecimiento de una comisión de alto nivel sobre el futuro del trabajo con vistas a examinar los resultados de las conversaciones del Centenario, desarrollarlas y preparar un informe que se presentara a la 108ª reunión(2019 de la Conferencia; la tercera fase tendrá su punto culminante como parte de la agenda de la 108.ª Conferencia del próximo año y de sus conclusiones sobre las orientaciones concretas para encaminar el rumbo que ha de tomar la OIT en su segundo siglo de existencia.

Como ustedes saben, estos cambios obedecen a muchos y muy diversos factores, y son parte de un complejo escenario de grandes e inéditos desafíos vinculados a procesos derivados de: la etapa actual de la globalización, los importantes cambios geopolíticos, las tendencias comerciales proteccionistas, la caída de los niveles de la inversión extranjera directa, la revolución tecnológica industrial 4.0 en curso, la mayor desigualdad, pobreza y exclusión, las variaciones demográficas, las migraciones, el cambio climático; y, desde 2008, la crisis y la lenta recuperación mundial.

Existe una preocupación generalizada sobre el impacto de estas transformaciones sociales y económicas sobre los trabajadores y las trabajadoras, lo que obliga a una urgente reflexión. Esta tarea no puede quedar limitada a los países más desarrollados, ya que las transformaciones se manifiestan a lo interno de todos los países y regiones, posiblemente con cierto desfasaje temporal para los países de menor desarrollo, si bien es esperable que, al mismo tiempo, estos queden afectados por rápidas tendencias de relocalización en su contra.

En este marco, permítanme compartir con ustedes que ACTRAV dio inicio en 2017a un ciclo de cinco conferencias regionales, el cual se inició en Chile y continuo por Thailandia, Azerbaijan, Morocco, y Sud África, como trabajo preparatorio de su Simposio Global que sobre “El Futuro del Trabajo que queremos” fue realizado en octubre del mismo año en la Sede de la OIT. Durante el 2018, fueron realizadas dos conferencias regionales más en India y África Central, cursos regionales de seguimiento en coordinación con CIF Turín, uno de ellos en México, y cerraremos con una Academia de Trabajadores en noviembre próximo en Turín.

Como el Informe del DG lo señala, la particularidad de esta 19ª Reunión Regional Americana tiene que ver con el hecho de que el debate sobre el futuro debe considerar la coexistencia entre problemas estructurales que se arrastran desde el pasado, como la informalidad o el trabajo infantil, y los nuevos desafíos que nos obligan a profundizar en la búsqueda del trabajo decente y la justicia social.

Un claro ejemplo en este sentido es el que ofrece el DG al confrontar escenarios donde encontramos “la convivencia entre cultivos de subsistencia y cultivos de precisión apoyados por drones” o aquellos otros donde se registra “la aparición de automóviles eléctricos, mientras hay personas que migran a pie entre países desafiando la inclemencia del clima y las distancias poniendo en riesgo su vida y la de sus familias en busca de mejores oportunidades laborales”.

El objetivo del Grupo de Trabajadores aparece doblemente estratégico: por un lado, al estar vinculado al análisis en profundidad de la naturaleza y dinámica de dichos desafíos; y por el otro lado, con vistas a promover soluciones políticas eficaces en el marco de una nueva gobernanza a nivel del bipartismo, la negociación colectiva, y del tripartismo, particularmente en cuanto a la calidad de dichos procesos, de los contenidos de su agenda, y de indicadores de evaluación sobre la implementación de los mismos con un enfoque de derechos, de perspectiva de género y de justicia social. En el cierre de la pasada 107ª Conferencia Internacional de la OIT, el DG destaco que el tripartismo “no sólo aporta un valor agregado al mundo del trabajo, sino que es un antídoto muy poderoso contra ciertas tendencias negativas que observamos en el discurso político y el debate público”. Para los trabajadores esto significa fundamentalmente el fortalecimiento de la democracia y los derechos humanos y laborales.

Como es de rigor, necesitamos partir haciendo un balance de la situación actual, comparándola con la de cuatro años antes en Lima. De hecho, podríamos confirmar que los niveles de incertidumbre global identificados en el 2014 en términos de posible estancamiento o incluso retrocesos en los principales indicadores sociales y de los mercados laborales se han visto incrementados, a la par de un mayor giro al proteccionismo que pone en jaque al sistema multilateral y a la cooperación para el desarrollo. Hemos conocido análisis recientes que alertan sobre una próxima crisis de los países desarrollados.

Algunos de los graves riesgos asociados a este escenario que destaca el Informe del DG son “la continua tendencia hacia la desigualdad tanto en países desarrollados como en desarrollo; la aceleración de las revoluciones tecnológicas sin una aceleración equivalente en la preparación de las instituciones de política y la sociedad para responder a la velocidad de estos cambios; el aumento de los flujos migratorios y de refugiados; y señales crecientes de cambio climático que se reflejan en un incremento de desastres naturales”.

El Informe del DG nos alerta en cuanto a que la leve recuperación económica que se prevé para el 2018 quizás no será suficiente para enfrentar los déficits de trabajo decente que se registran en la región, lo cual constituirá un verdadero desafío para cumplir los objetivos de la Agenda 2030, particularmente el Objetivo 8, dado que el crecimiento sigue siendo bajo, volátil, no sostenible y generador de mayor pobreza y desigualdad. La sesión temática 1 abordara precisamente que tipo de políticas son necesarias para promover un desarrollo sostenible, productivo, inclusivo centrado en la generación de trabajo decente, lo cual resulta ser una prioridad estratégica para las organizaciones sindicales de esta región.

Asimismo, hemos vistos que los mayores niveles de desempleo (influenciado por Brasil), la leve recuperación de los salarios medios reales, el bajo nivel de cobertura de protección social, y el aumento la informalidad. Sobre el empleo informal que supera la mitad de la ocupación total, y que en Estados Unidos registra un 18%, está dedicada la sesión temática dos focalizara sobre el tipo de políticas para promover la formalización de las economías, en un escenario de cambio tecnológico acelerado y surgimiento de las “llamadas” nuevas formas de empleo. ¿Pero realmente son nuevas?

En su informe el DG afirma que “En América Latina y el Caribe, los trabajadores en nuevas formas de empleo siempre han constituido una parte importante de la fuerza de trabajo, lo nuevo es su proliferación en sectores y ocupaciones donde antes no existían y donde es más probable encontrar a mujeres, jóvenes y personas migrantes”. Para los sindicatos, esto ha implicado el desafío de repensar estrategias para expandirse más allá de su tradicional base de membresía y apoyar la organización colectiva en el marco de las nuevas formas de trabajo y del empleo informal.

También tenemos que incluir en nuestro balance dos buenas noticias vinculadas a la ratificación del C98 por parte de Canadá (2017) y México (el pasado mes), indiscutible resultado de las campañas sindicales llevadas a cabo por las organizaciones sindicales de dichos países. Nos quedan grandes desafíos por delante en cuanto a Estados Unidos y Brasil (en este caso el que falta es el C87). Esperamos poder obtener mayores logros en cuanto al nivel de ratificación de los convenios fundamentales y a su cumplimiento y aplicación, lo que podremos evaluar en el marco del Centenario de la OIT. Sin embargo, también tendremos que reafirmar que esta región sigue siendo caracterizada por violaciones recurrentes a los derechos de libertad sindical y negociación colectiva, que incluyen ataques a la vida, la seguridad e integridad de los dirigentes sindicales en el sector público y privado.

El Informe del DG ha registrado los logros derivados de la campaña regional sobre libertad sindical y negociación colectiva que, fue realizada durante el 2015-17 en seguimiento a la Declaración de Lima, con el apoyo de ACTRAV, mostrando la activa participación sindical que se deberá mantener en la elaboración de propuestas para enfrentar déficits legislativos en materia de derechos, en el marco de las reformas en curso a los códigos laborales nacionales. La sesión temática 3 ofrece un espacio importante para retomar dichas propuestas, con vistas al fortalecimiento y rediseño de las instituciones del mundo del trabajo con foco en el logro del pleno respeto de los derechos sindicales y laborales. Un tema importante es la erradicación del trabajo infantil y forzoso, manteniéndose un déficit de ratificaciones del Protocolo del 2014, ya que sólo Panamá y Argentina lo han concretado. Ha habido un descenso del trabajo infantil en Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador y México, junto a Panamá. Otro tema central es el referido a la igualdad de género, incluyendo las brechas salariales, así como la erradicación de la violencia contra las mujeres en los lugares de trabajo. Las campanas sindicales nacionales también redituaron en la ratificación del C189 en Chile, Panamá, República Dominicana y Jamaica.

Nuestro balance sobre la región incluye también el debate sobre el impacto laboral del ritmo acelerado del cambio tecnológico. Es vital fortalecer los esquemas de protección social y proveer acceso a educación de calidad y desarrollo de capacidades en el contexto de una estrategia de aprendizaje permanente a lo largo de la vida, además de abordar las asimetrías de capacidades. Este tema será tratado en la cuarta sesión temática sobre la economía digital, habilidades y competencias laborales. Desde la perspectiva de trabajadores, será también importante discutir sobre la indispensable regulación de una forma específica de empleo, el trabajo de plataforma, el cual está directamente vinculado a la economía digital. OIT ha señalado que, sin bien por el momento esta es una categoría de trabajadores “invisible”, por la falta de regulación, el propio registro electrónico de sus actividades por el empleador daría una posibilidad de un control de las condiciones laborales.

Finalmente, un comentario sobre el nuevo ciclo de informes regionales de seguimiento de la Declaración EMN revisada (2017) que se iniciara en esta 19ª Reunión Regional Americana. El Informe que será presentado por la OIT refleja un importante interés de las organizaciones de trabajadores sobre la promoción de la declaración EMN: de un total de 132 respuestas recibidas al cuestionario enviado por la Oficina, el 51% correspondió a los trabajadores, el 40% a los gobiernos y el 31% a los empleadores.

Las principales conclusiones a destacar del informe son, por un lado, la relativa coincidencia de los tres grupos en la pertinencia de la promoción del respeto de los derechos humanos y de los principios y derechos fundamentales en el trabajo, la libertad sindical y el derecho de sindicación, la negociación colectiva, y en la seguridad y salud. Comparativamente, se registraron mayores diferencias en cuanto a la consulta, la promoción del empleo y a actividades promocionales de la Declaración de EMN, fundamentalmente vinculadas a la existencia de un punto focal nacional. Un aspecto central a destacar de la revisión de la Declaración de la EMN es que incorpora a las cadenas globales de suministro al ámbito de su actuación.

Cierro señalando que, en el camino al Centenario de la OIT, el DG ha reiterado que el diálogo social es la clave para forjar el futuro del trabajo, por lo que debe ser fortalecido y mejorado, para responder a las circunstancias cambiantes del mundo. Nuestro trabajo en Panamá nos mostrara los desafíos pendientes a encarar y las propuestas de políticas para lograr el Futuro del Trabajo que queremos.

Éxito en las tareas.